Los activadores preparan la superficie del sustrato eliminando contaminantes y facilitando la adherencia del recubrimiento posterior, garantizando la formación de una capa base adecuada. Por otro lado, los neutralizantes ajustan el pH del sustrato o del electrolito después del tratamiento químico, neutralizando residuos ácidos o alcalinos y asegurando la estabilidad del proceso, evitando reacciones no deseadas y posibles daños adicionales.